martes, 16 de septiembre de 2008

BASHERT

BASHERT
Bashert, en yidish significa "destino". Normalmente se usa en el contexto del cónyuge elegido por el Cielo, y tiene toques románticos.
Los solteros judíos se preguntan dónde encontrarán su bashert, o sea, la persona que los complementará perfectamente...
*CASO I: Durante un Kabalat Shabat en la sinagoga, conocí a una joven. En el instante, me pareció que sería ideal presentarle a un muchacho conocido. Después de un tiempo y muchos arreglos (él era amigo de unos amigos que iban a presentarlos) logramos que se vieran. El día del encuentro sucedieron varios imprevistos que hicieron que la cita fuera un fracaso. ¡¡¡Pero no podía ser!!! Los veía el uno para el otro... Pasaron 2 años. Cada uno de ellos estuvo de novio, pero esas relaciones no prosperaron. No me di por vencida. Le hablé a una amiga para que los reuniera. Así fue y sucedió el milagro: Se gustaron, se enamoraron y por supuesto, se casaron. Un dato interesante: el día de la 2da oportunidad era el mismo que el de la primera... sólo que con 24 meses de diferencia.
*CASO II: Una señora de Miami que nos visitó un Shabat nos relató: Su hija vivía en Manhattan. Una joven judía, muy comprometida con las tradiciones (kasher, Shabat, Festividades), profesional. Parecía no encontrar a la persona ideal para casarse. Un día su tía le avisó que un muchacho amigo de la familia estaba interesado en conocerla. La invitaría un domingo a desayunar. Aceptó después de oír todas las buenas referencias. El día señalado, su tía la llamó temprano y le dijo: “¡Hoy conocerás a tu futuro esposo!”. La chica se arregló y salió a su encuentro. Al regresar llamó a su madre y le dijo: “Excelente muchacho, pero no es para mí”. Después agregó: “Sucedió algo extraño. El portero me entregó una nota que dice: “ Te vi en el ascensor. Me encantaría conocerte. Este es mi número de celular”. El firmante parecía ser un joven iehudí. La muchacha no pensaba llamarlo, aunque su compañera de apartamento insistió en que conocía al vecino y era un excelente chico, judío y muy apuesto. El portero del edificio- un hombre de color que creía que ambos formarían una hermosa pareja judía- le pasó el teléfono de la chica al joven. No hace falta decir que se conocieron, se gustaron y hoy están casados y tienen 2 hermosas niñas. La tía después comentaba: “Soy una pésima ‘shadjanit’ (casamentera), pero una gran profetiza”.
*CASO III: Una chica que conozco desde muy pequeña, me contó su propia historia de cómo conoció a su príncipe azul. Ella estudiaba en otra ciudad, lejos de su casa. Vivía en un departamento con su hermano mayor. Éste, preocupado, le insistía que asistiera a las reuniones de jóvenes judíos en los grupos de la ciudad. Un sábado de noche, después de una acalorada discusión al respecto, el hermano le advirtió antes de salir del departamento: “¡Si querés casarte, tenés que salir! Nadie va a venir a tocarte el timbre...” Y se fue, seguramente algo disgustado. A los 15 minutos, tocaron el timbre. Era un amigo del hermano. La chica lo atendió. Claro, adivinaron, ahora están de novios.
Llega el 15 de Menajem Av y nos ponemos a pensar en la pareja judía. Es como si fuera el día del amor judío. Dicen nuestros Sabios que: “No hubo festividades en Israel como el 15 de Av y Iom Kipur” Ambos días estaban imbuidos de santidad.. El Rebe de Lubavitch dice: “ el matrimonio es el evento más importante en la vida de un hombre o una mujer... trasciende las fronteras de la naturaleza” (Igrot Kodesh). Tratándose de una Mitzvá tan importante, es obligación de padres, familiares y amigos de ayudar a constituir una nueva pareja judía. Sabiendo que no se trata de una alegría particular para un par de familias, sino que es la alegría de todo el pueblo de Israel. Así que piense: ¿tiene alguien para presentar? Miriam Kapeluschnik

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REMIX=TESHUVÁ

REMIX=TESHUVÁ=REMIX=TESHUVÁ

Es impresionante la cantidad de nuevas palabras que vamos incorporando a nuestro léxico diario. Casi sin darnos cuenta, utilizamos términos que llegan a nosotros desde distintas latitudes, lenguas diferentes, pero que se terminan acomodando en nuestras mentes. Además, es fascinante descubrir el origen de estas expresiones novedosas o no tanto y tratar de aplicarlas en nuestro día a día.
Esta última semana la palabra remixar apareció varias veces ante mis ojos. Si bien tenía una vaga idea de lo que significaba, quería entender por qué ponía en funcionamiento mi radar judío. Intenté aplicar la máxima de Rabí Israel Baal Shem Tov: “De cada cosa que uno ve o escucha debe tomar una enseñanza para su servicio a Di-s”.
Si bien remix es utilizado con respecto a la música, y es una mezcla alternativa de una canción en un estudio de sonido, para darle un nuevo aspecto sonoro o mejorar su calidad de sonido, es posible conectar esta acción con la vida del judío en estos días del mes de Elul, previos a Rosh Hashaná.
¿Para qué renovar una canción? ¿Qué sentido tiene, si ya la conocemos y reconocemos así? Para refrescarla, rejuvenecerla, darle una nueva vida.
Todos los años se nos pide que “hagamos Teshuvá”. Normalmente la gente relaciona esta palabra con “arrepentimiento”. Pero no, éste es sólo uno de los pasos.
Teshuvá es un proceso de regreso. Es volver a las fuentes, al punto de partida del alma, a las eternas tradiciones que nos enseña nuestra sagrada Torá, pero de manera renovada, fresca, joven.
Siempre fui de esta manera... ¡¿Qué casher, Shabat, Tefilín y toda la parafernalia que sigue!? ¿Por qué un cambio en mi vida ahora? Soy así. Como me conocen y reconocen todos. Además, no queda bien...
Y sí, pero estamos en Elul (el último mes del año judío). Un aire distinto. Llega el nuevo Luaj- Calendario Hebreo – y de pronto, un pinchacito en el corazón: Rosh Hashaná...
Los remix son usualmente intencionados para transformar en bailables canciones que no lo son. Es posible renovar una canción. Es totalmente factible refrescar la vida de un judío a través de la Teshuvá. Ahora, el "Remix" propiamente dicho es aquel que, debido a un proceso más arduo, logra cambiar totalmente el aspecto de la canción en cuestión.
Claro, no es fácil. No se sopla y se hace botella. Se requiere de energía y por sobre todo, atrevimiento para incorporar valores judíos a nuestra existencia. Uy! Dejalo así...
Pero: ¡Año nuevo, vida nueva! Ah! Si pudiera... Lo principal en remix es tener creatividad, ya que esto requiere mucho de ella. Para vivir como un iehudí pleno, se requiere de una enorme cuota de creatividad. Darle un sentido y sabor profundo a cada instante.
Además se necesita saber un poco de música porque para producir un remix es necesario saber sobre tiempos, acordes y melodías.
Para renovar y refrescar la vivencia en Elul, hay que estudiar un poco de judaísmo. Porque para producir la Teshuvá es ineludible saber sobre tiempos, acordes y melodías de la Torá.
Miriam Kapeluschnik

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